Con la enfermera escolar se garantiza la salud y seguridad del alumnado vasco en los centros educativos
El Sindicato de Enfermería de Euskadi ha comparecido en el Parlamento Vasco, con motivo de la Ponencia para definir las bases del acuerdo sobre el futuro del sistema educativo vasco, con el objetivo de reclamar esta figura sanitaria en todos los lugares docentes de Euskadi
SATSE Euskadi ha intervenido en el Parlamento Vasco, en el marco de la ponencia para definir las bases del acuerdo sobre el futuro Sistema Educativo vasco, ya que para el Sindicato de Enfermería es inconcebible sentar estos pedestales sin dar respuesta a una necesidad social existente: la implantación de la Enfermera Escolar en los centros educativos de Euskadi. Se trata de una medida que beneficiaría a todos y todas: el alumnado, madres y padres, profesorado, y el resto de la comunidad educativa.
La secretaria Técnica de Euskadi, Marta Ferrero, y la secretaria provincial de Gipuzkoa, Pilar Mendia, han manifestado durante su comparecencia en la cámara vasca que “la Enfermera Escolar es una reivindicación histórica de SATSE, pero, ahora, en el contexto de pandemia mundial es más necesaria que nunca la implantación de esta figura”. Este puesto sanitario surge en Europa a finales del siglo XIX y en aquella época se valoraba la necesidad de que enfermeras visitasen los colegios para revisar la salud de los niños y niñas. A principios del siglo XX, esta figura se extiende a Escocia, Suecia y EEUU, y, en la actualidad, la Enfermera Escolar, es un profesional consolidado en el Reino Unido, Francia y EEUU, entre otros países.
En el Estado español, el número de enfermeras que realizan su actividad dentro del ámbito educativo es muy escaso, y sin una regulación clara ni uniforme. La implantación de la figura de la Enfermera Escolar se ha intentado llevar a cabo hasta ahora en muy pocas CCAA, con algunas experiencias piloto y enfocando la atención al alumnado de manera diferente. En su mayoría para prestar atención sanitaria a los alumnos y alumnas con necesidades especiales; sin embargo, no ocurre en la inmensa mayoría de los centros educativos ordinarios públicos.
“En Euskadi son más de 330 mil niñas y niños, además de jóvenes, que cursan estudios en los más de 1.200 centros públicos existentes a los que sigue sin darse respuesta a sus necesidades asistenciales y de prevención y promoción de la salud al no posibilitar la implantación de la enfermera escolar y así garantizar el derecho a la salud de los niños y niñas, también en horario escolar”, ha lamentado Ferrero.
Propuesta de implantación de SATSE
“El modelo que proponemos desde SATSE es un modelo de consenso entre Sanidad y Educación, que facilite la presencia de la enfermera dentro de la comunidad escolar, e impulsando su implantación ordenada. La cooperación, implicación y coordinación de la comunidad educativa y los profesionales sanitarios son esenciales en este sentido”, ha detallado Ferrero. Para ello, la regulación debe garantizar los derechos y la seguridad jurídica del profesorado y evitar la discrecionalidad y variabilidad en su implementación mediante el establecimiento de criterios normativos homogéneos en cuanto a competencias, dependencia y grado de participación/integración en la Comunidad Educativa y la asignación de cada centro educativo al centro de salud de referencia.
Finalmente, “es imprescindible la adscripción integral de la enfermera al Equipo de Atención Primaria, pero llevando a cabo su actividad exclusivamente en el ámbito educativo, y la contratación de la enfermera por parte del Servicio de Salud por el procedimiento que legalmente corresponda y/o se determine”, han concluido las representantes de SATSE Euskadi.
Competencias de la enfermera escolar
Es inevitable mencionar la positiva labor que realizarían las enfermeras escolares en una situación como la que estamos viviendo como consecuencia de la Pandemia provocada por el COVID-19. No obstante, en la actualidad, la persona responsable para los aspectos relacionados con el virus en cada centro, el conocido como `coordinador/a Covid´, está siendo generalmente docente y debería ser una profesional sanitaria, como lo es la enfermera, por su cualificación y competencias.
De hecho, es quien mejor se puede responsabilizar de la detección precoz en casos de COVID, gestión y atención sanitaria que proceda y puede ser un grave riesgo no tenerla, dada la cantidad de niños/as vulnerables (asma, diabetes, enfermedades respiratorias). Además, es también el mejor escudo en coordinación con responsables del centro, la comunidad educativa y el centro de salud de referencia.
Del mismo modo, las competencias de la enfermera escolar abarcan tanto lo asistencial, como la educación para la salud o la prevención. Toda esta labor se desarrolla mediante la colaboración, apoyo y asesoramiento a todos los miembros de la comunidad educativa: alumnado, madres y padres y profesorado. En el entorno escolar la enfermera puede realizar una estrecha vigilancia del estado de salud y desarrollo óptimo de la población infantil y, además, gracias a la valoración que realiza de forma integral, la enfermera puede detectar enfermedades transmisibles y aplicar los protocolos correspondientes; problemas conductuales, ansiedad, depresión, trastornos de la conducta alimentaria y situaciones de acoso, etc.
Por otro lado, es importante la labor asistencial que realizaría la enfermera escolar en relación con la atención sanitaria y prestación de cuidados que requiere el alumnado. Esto es, administración de medicamentos prescritos, control de posibles efectos secundarios o interacciones, vacunas, botiquines…
También asistencia al alumnado en urgencias ya que la infancia es la etapa evolutiva donde se presentan el mayor número de accidentes. De estos, cerca del 30% ocurren en la escuela. Pero, además de los accidentes, existen múltiples situaciones que pueden darse y requieren atención inmediata: heridas, traumatismos, fracturas, atragantamientos, reacciones alérgicas, hemorragias o convulsiones son sólo algunos ejemplos en los que la intervención de la enfermera puede resolver el problema o evitar complicaciones.
Con respecto a la prevención y promoción, información y formación sobre hábitos de vida saludables que eviten enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad o el cáncer que son patologías en las que intervienen, en gran medida, los hábitos inadecuados de alimentación y ejercicio físico. Asimismo, prevención de trastornos de la conducta alimentaria, drogodependencias y otras adicciones y coordinación con los planes de salud que se desarrollan en Atención Primaria a través de los centros de salud.
En el campo de la Educación para la salud, la enfermera escolar realizaría una labor didáctica individualizada y colectiva dirigida a alumnado, familias y docentes sobre pautas correctas de alimentación, higiene personal y ambiental, prevención de accidentes, autocuidado, primeros auxilios, salud bucodental o salud afectivo-sexual.