Mujer y Enfermera

06 marzo 2020

Artículo de opinión  de Pilar Mendia, Secretaria Provincial de SATSE Gipuzkoa,con motivo de la celebración del próximo 8 de marzo del Día Internacional de la Mujer.

El día de la mujer en el año 2020, declarado año internacional de la enfermera y la matrona, adopta un doble sentido para las enfermeras. Somos una profesión altamente feminizada, con las dificultades que esto acarrea para conseguir una igualdad real.

Lo que no se nombra, no existe. Solo un 15% de nuestra profesión son hombres y sin embargo, la mayoría de las veces se refieren a nosotras como “los enfermeros”. Aun siendo una mayoría aplastante, se nos invisibiliza. Y es que, cuanto más invisibles seamos las mujeres y enfermeras, mejor.

En este día tan especial, queremos hacer especialmente visible a la que hoy sería nuestra compañera Nagore Laffage. Estudiante de enfermería, asesinada un 7 de julio de 2008 en Pamplona, por la forma más cruel de violencia machista.

Nagore se ha perdido esos momentos de descarga de adrenalina tras intervenir en una parada cardiaca. Esa alegría, si sale todo bien o esa pena profunda, cuando no se consigue.

Nagore no ha vivido esa complicidad entre compañeras, ahora llamada sororidad, forjada por pasar tantas horas juntas, incluso días muy señalados, como navidades, semana santa o fiestas patronales.

Nagore no ha podido vivir el nerviosismo del primer contrato, cuando llegas a la unidad y te dicen: “estos 20 pacientes son tuyos”. Cuando sientes como pesa la responsabilidad y dudas de si serás capaz de acabar el turno, a pesar de estar sobradamente preparada.

Nagore no ha tenido la oportunidad de tener los mil y un contratos durante un año, alguno solo de horas. No poder conciliar tu vida personal, porque el hospital te pide disponibilidad total.

Este es nuestro año y el 8 de marzo, nuestro día junto con todas las mujeres. Corren malos tiempos. También las enfermeras sufrimos ese techo de cristal, que a veces se convierte en techo de hormigón.

Nuestra profesión está integrada por mujeres en un 85%. Es nuestra oportunidad de unirnos, romper ese techo y demostrar que se puede. Debemos coger las riendas, ser líderes y empoderarnos.

Por todas las mujeres, por las mujeres como Nagore que ya no están entre nosotras, por todas las enfermeras, celebremos el 8 de marzo luchando.